Aquí es donde todo sucede, los dibujos, prototipos, la fundición, el laminado y trefilado del metal para darle forma, el pulido, las texturas y los engastes de piedras preciosas, todo lo hago personalmente el taller.
Pequeñas colecciones de objetos que me inspiran, libros y materiales de todo tipo me acompañan en el taller y forman parte importante del proceso creativo que hay detrás de cada joya del taller.
Por lo general el cliente llega con una idea y tomamos las medidas y hacemos algunos bocetos juntos para luego hacer un prototipo, con eso ya puedo hacer un presupuesto y el cliente puede ver como quedará la joya en tres dimensiones y podemos dar los últimos ajustes antes de iniciar la fabricación de la joya definitiva.
Me preocupo que el metal con que hago las joyas tenga un origen limpio, el 100% del metal que uso es refinado a partir de piezas antiguas o joyas en desuso. Las piedras, generalmente las utilizo en el formato que se compran en el comercio, pero algunas tienen que ser lapidadas con una nueva forma y ese proceso también se hace aquí en el taller.
El taller para mi es un lugar especial, lleno de antigüedades e historia ya que una parte de las herramientas que uso son heredadas y muchas otras las he fabricado personalmente, me apasiona inventar y crear herramientas que faciliten y mejoren mis procesos. Creo que a través de las herramientas del taller se forja un estilo característico del oficio ya que cada una carga con un sello particular y ayuda a la ejecución de una parte muy específica del largo proceso de hacer una joya, la cual transmite en la manera en que se hace cada una, siendo un factor decidor en la calidad y la impronta del resultado final.
Si tienes una joya en mente que quieres mandar a hacer, escríbeme a info@brunoreid.com contándome de qué se trata para que luego podamos agendar una reunión y estaré encantado de resolver tus dudas y orientarte.